Para qué escribir tanto,
para qué construir castillos que se desarman con soplidos,
tan solo queda ponerse bajo el esplendor del sol,
para calcinar a los demonios internos, corazón al viento,
el corazón es vulnerable, frágil como el cristal,
delicado como una escultura de hielo,
tan facil de derretir,
tan facil de dañar,
los textos...
son solo textos, ninguna respuesta, y todo se transforma en muerte,
solo hay que esperar que los demonios no abran la puerta hacia la ultima escalera de Babel,
para qué pensar cosas que la gente nunca leerá,
esto simplemente termina transformandose en un testimonio de vida,
en un simple texto sublimable,
como el corazón que se extruye de la máquina de la vida y de los sentimientos,
toma la forma y color que le proporcionan las experiencias...
y al final...
...al final debemos sublimar...
...como quemar las cenizas, para que no sean intervenidas,
y para que no sea profanado, ni resurrecto para que la oscuridad lo haga suyo,
final y completamente...
Amor...Dolor,
tan cercanos, y tan lejanos...
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